viernes, 25 de noviembre de 2011

No me pidas ser tu amigo


Hoy buscas en mi un amigo
que haga un poco por que alcances lo que anhelas
un amigo seria yo si te apoyara contra todo lo demás
a un amigo tu dicha le haría feliz
aunque esta te llevara lejos

… y te fueras más allá de lo que yo te habría
podido acompañar

No me pidas ser tu amigo porque hay cosas en mí que este día no entiendo
por ejemplo que no puedo ser ese alguien
que piensa en la comprensión
y estar solo me daría tranquilidad
si a la vez tú me comprendieras
esta tarde que me hace abrazarte fuerte
cuando me dices adiós
un amigo te diría que todo marcha mientras
se muerde los labios
y por ti no extrañaría cada fin de año
los días que no volverás

Un amigo dejaría de hablar de cosas que sabe que te harán falta
para hablarte de lo que hay más adelante aunque yo me quede atrás

Se que siempre fui el motivo que tuviste cada
insistente de tu vida
alguien que lo daba todo
sin pedirte ni siquiera la verdad

siempre tuviste este cómplice que vino sin que le necesitaras
porque concebía el mundo desde tus ojos y ellos me querían mirar
no me pidas ser tu amigo cuando me dejas saber que ya te marchas
no soy tan civilizado para
comprender sabiendo que te vas

…para ti seré aquel que lo pierde todo porque no supo escucharte
que para mí solo seré un extraño en paz que nunca te dejo de amar

…que para mí solo seré un extraño en paz que nunca te dejo de amar


Fernando Delgadillo 1993

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Crónicas de Carmen III


(...)


Será por el tiempo, mi distracción o por qué estoy más acabado de cualquiera. Al notar tu semblante no noto ninguna pequeña abolladura. Sigue intacto e inexpresivo a todo lo que ha pasado. De verdad que no te esperaba de regreso, aquí y ahora. De verdad que tus ojos si me siguieron. Claro, las estelas de pesadumbre y tristeza que dejaba cualquiera podría haberlas seguido. Y mis ojos se inundaban de lagrimas así como mi cabeza de sentimientos encontrados y preguntas necias. Las mismas que ya sabes, las que nunca han tenido respuesta, las que yo he tenido que armar a punto de volverse a resquebrajar. Esas que me dejaste como consuelo para entretenerme mientras te perdías y no pudiera encontrarte.

No alcanzo a entender lo que me dices, inclusive, no alcanzo a entender si me esas diciendo algo. Todo se nubla y quedo nuevamente indefenso. ¡¿Qué hago Carmen que en verdad te queda el nombre y nuestra historia?! Carmen Jones regresó. Te llevaste la luz que iluminaba mi camino y hoy regresas como centinela sin que sepa si vas a guiarme nuevamente o me dejaras aún más aturdido. El viento lo trajiste contigo y me saluda. Me encojo en mi abrigo un poco a falta de tu abrazo cálido. Meto las manos a los bolsillos en un intento para acorazarme antes de hablar. O tú. 

Ahora tu eres la poetisa y yo aquel elegía que se lamenta por si solo. Al menos no he sabido que escribes más. No he sabido más allá de eso. Lo que veo. Se hacen eternos segundos el tiempo y nadie habla ni calla con su semblante todo lo que pudiéramos expresar. No puedo evitar descomponer mi rostro ante tal acontecimiento. Lo siento, y no. Entre respiros nos alternamos la extraña incomodidad de nuestra compañia. La tensión siento que crece, el agitamiento. Tanto que no se si echarme a correr, gritar o besarte apasionadamente. Somos mejores amantes que conversadores serios. Siempre lo he pensado así. Aunque platicando también nos defendemos. Nunca hubo tanto silencio antes como hoy. Siempre alternábamos voces y risas. Como si solo faltara alcohol para completar la triada. O como dije, un largo y apasionado beso. Pero eso confirmaría cosas ocultas. Cosas de las que no se hablan, o hablas. Justo lo que necesito, justo lo que se que no pasará.

Finalmente hablamos. Y nos soltamos, como si estuviéramos con el loquero o nuestro confidente. Y siento que así lo somos, o lo eramos. ¿Dos de cada uno significaría avanzar en la mitad de tiempo? ¿Terminar antes de tiempo con este suplicio? No hablamos mucho, tanto como si fueran días pero tampoco cruzamos apenas monosílabos y muchas dudas entre nosotros. Regresábamos poco a poco a compenetrar nuestras miradas. Se sentían cómodas aunque aun tensas. Carmen Jones se parecía poco a poco más a ti. Te regresó el color, las facciones que reconocí hermosas, aquella voz y aquella mirada... Viví una metamorfosis frente a mi. Una persona más, tal vez, me hizo reconocerla con apenas el roce de su mano. Y se volvió aquella mujer que su andar me había cautivado. Aquella que amaba y que pensé se había quedado en aquella morada teñida de azul y de recuerdos empolvados. De habitaciones tristes y percudidas más por nuestra ausencia que por el tiempo. Por la cual me lleve la llave por si flaqueabas e intentabas regresar a algo que ya nunca es. Me lleve la llave y nunca la tiré. 

(...) la guarde en mi corazón para que solo tu pudieras llegar a ella.

(..) Quiso una estrella iluminar mi camino cuando más ciego estuve.

Me fui añadiendo esta y otras preguntas a la lista por contestar. Pero hoy, recupere el andar. Un poco cansado aún, pero podía de menos caminar un poco más. Fue como agua en el desierto, un trago de vida aunque aún el calor y kilómetros de arena, pero al final, tiempo y aún así no se si has regresado para quedarte finalmente o para darme más miedo. Caminé mientras trataba de acomodar mis ideas y encendí otro cigarrillo. Alternaba ahora paso y fumada casi al compás de mi aún constante sorpresa por tu encuentro. Le añadimos a la triada el gusto del buen fumar, algo que siempre salía, con o sin estrés, con o sin amor o emoción, pero siempre estaba ahí. Solo dí cuenta de que fumé en aquella banca contigo cuando observo ahora mi cajetilla casi vacía. La hecatombe casi nos destruye pero ahora hemos de sobrevivir ante vestigios que hacen casi inhabitable la morada o el corazón. Un rato aún mayor.

Carmen... no nos podemos fallar, ya no hay más oportunidad para nosotros, más que hoy.

(...)

Crónicas de Carmen II


(...)

Al momento de cerrar la puerta me tocó un aire gélido por la espalda, como algún pasante que pudiera necesitar ayuda. Me recordó a aquellos días de hoy que solamente pasan sin pena ni gloria, al azar, tal vez, o sin ninguna novedad, emoción o sensación. Muertos podría decir. Me llego el sentimiento de dejar aquella morada. Deje por último una lagrima que se despedazó al llegar al suelo perdiéndose en el pórtico de la entrada. No volvería a entrar y, tal vez, tiraría la llave en algún lugar donde la nieve la consumiera hasta deshacerla. Frío. Ahora iría en busca de una morada mejor. Y tu en mi recuerdo, en mi alma y aún, en mi vida. Aún no se si te llevo conmigo o te dejo vivir aquí dentro de los recuerdos. ¿Te quedarías? o ¿De verdad me acompañarías? ¿y para qué lo harías? Muchas preguntas.

Hecho a andar calle abajo sobre el pedregal, no pasan coches así que el camino esta despejado a excepción de algún otro perdido. El día es callado y tranquilo, y en mi el caos de haber dado media vuelta y caminar para nunca volver. Me lo puedo llevar conmigo púes hay algo que no me deja arrancarte de mi alma. Simplemente no puedo. No quiero. En mi camino cuesta abajo, solo alcanzaba a ver una gris ciudad que crecía a mis ojos. Tan inmensa que me abrazaba y me perdía en sus entrañas. No opuse resistencia algún. Perdido ya estaba. No me importaba si alguien ya no reconocería mi cuerpo casi muerto vagar de aquí a allá. No me importa si no eres tú. Entonces ¿para qué buscar vida si aquella no la encuentro?

Tropiezo de vez en cuando, mi mente está en aquellos puntos ciegos que no han tenido respuesta. Ese silencio que guardabas cuando debías levantar la voz. Donde debías darme respuestas. Donde debías decirme que me amabas y querías estar conmigo. No me fijo en el pedregal de bajada. No me fijo en nada más. Los hubiera si existen y sirven para perder la noción del tiempo, de la vida. Para anclarte en unos recuerdos que toman tu forma, que veo aún a lo lejos como si te acercaras a abrazarme. Siento que a veces pienso y nada. Que de todos modos tú tomaras otro rumbo. Que Carmen Jones quedará siempre en esa casa esperando a que rescate algo que ya no es. Qué solo me espera a mí que vivo en sintonía con ella. Que la mujer que eres ahora nunca regresara por ella. Qué nunca volverá por los sentimientos empolvados dentro del cajón del boureaux o que dejo en la mesa de estancia y en el resto de la casa.

Llego a un parque. Creo que voy a explotar. Me siento junto a la aparente calma que siempre me acompaña. No sé qué ando haciendo rondando aquella morada si se que no vas a regresar, ¿qué es lo que me ata y no me deja escapar, perderme del mundo, de ti, de tus certeros ojos que siempre me encuentran y me retienen? Aunque los cierre los veo, aunque baje la mirada me tomas de la cara y me obligas a mirarte de nuevo. Como si enfrentara la verdad sin saber que verdad me presentas. Las palomas llegan a tiempo para revolotear a mi alrededor. Por fin algo en que distraerme. Y sin más aviso, nuevamente ahí estas tú. Uno más de mis anhelos que te quieren de regreso. No pongo reparos y me fijo nuevamente en la nada. Te acercas desde tu lugar y te sientas a mi lado. Como muchas veces desee y lo hizo aquella ilusión que creaba como droga, como una deflexión para mantenerme en otro mundo, aquel que me presentaste algún día en el cual era feliz.

Me rozaste la mano…

Y desperté. Caí en un segundo a la tierra, sentí todo el dolor que me estaba esperando para agarrarme en la caída, tan solo para flagelarme sin morir azotado en el piso. Sentí el sudor frío recorrer mi cuerpo empapado y jale a bocanadas el aire que se me fue, una y otra vez. Abrí los ojos como si hubiera salido de una pesadilla y se me acalambro cada parte del cuerpo retorciéndome, disfrutando el pesar en mí. No era ninguna deflexión o producto de mi imaginación para escapar una vez más, sí, eras tú.

(...)

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cronicas de Carmen


Sentado en aquella recamara azulada, oscura y casi lúgubre a cualquier ser humano, yo sentía un cálido sentimiento de pertenencia. Los muebles ya doblados por el tiempo, aquel piano que descansaba después de tanto ser usado, las lamparas llenas de polvo que parecieran querer con los brazos del candil detener, y el resto caer hacia todos lados.

Jalé una silla del cuarto contiguo y me senté con el respaldo hacia adelante, crucé mis brazos sobre el y observe. Tanto movimiento en tan quieto espacio. Encendí a mi único acompañante. Ese día había regresado solo a aquel lugar. Dí 2 golpes seguidos como si necesitara oxigeno. Irónico. Y seguí mirando. Las luces parecían caleidoscopios de sombras que jugaban a revivir momentos. Veía al otro extremo lo que parecía la figura de Carmen observarme. Creí que era cierto, viví nuevamente recordé que no volvería. Más abajo, cuando descansé la pesades de mi mirada melancólica, me encontré el piso con sus últimas pisadas, tire un poco de ceniza que voló a la deriva y levante.

Eran los huecos de sus pies los que ahí observaba. La última vez que estuvimos aquí, ella se levanto sobre sus puntas para obsequiarme un beso y rodearme por el cuello. Hoy esos cálidos brazos me quemaban nuevamente. Era una amarga despedida. Pero necesaria. Ese día ella hecho a andar para abajo, se despedían sus pisadas y el portazo me regalo el silencio de aquello que antes había creado un jubilo similar al de haber nacido. Sonreí.

Paseaba de un lado a otro, como lo hacia usualmente desde hace no mucho tiempo mientras fumo. Son los nervios, tal vez, como si mi mente siempre estuviera pensando. Carmen. Inclusive el tiempo y el polvo había llevadose todo vestigio de aquellos días, existían, hoy solamente, los cuadros llenos de ceniza, calcinados por el olvido esperando a que se limpiaran y volvieran a vivir. Reconocí el marco que estaba sobre el piano. Acorde que ahí yacíamos los 2 en una foto que dictaba que vida teníamos antes. Si entré y viví cuando recorrí el cuarto, aquella foto me haría soñar y quedarme, no.

Decidí dejar el recuerdo en su lugar, salí del cuarto y cerré la puerta deseando que nunca se volviera a abrir. Aún no entendía que me había llevado ese día hacia nuestra morada antigua. Ya olvidada por nosotros, por el tiempo, se mantenía dormitando, tal vez en espera de algún nuevo comienzo, algún nuevo habitante, alguien que le caminara las entrañas y la hiciera vivir, reír como si te picaran las costillas. Ahí quedo aquella morada que juntos habíamos construido. Carmen se fue y ella no regresó.

Baje para observar antes de retirarme aquel pórtico por dentro, la espalda de la puerta que aún guardaba mi sombrero. Sí, ahí quedo el dolor de Carmen también. colgada detrás de una puerta, el recuerdo en coma esperando volverse a sacar como a un juguete olvidado.  la espalda de alguien es lo que menos ve uno, no es esconder los dolores, es evitar observarlos. Saco otro cigarro y lo enciendo. A final de cuentas, el tabaco no elimina el olor a recuerdos.

Carmen se fue hace ya tiempo atrás. No dejo nada que no fuera nuestro. Se fue casi desnuda entre lagrimas, lo único que la cubría. Aquel día no entendí porque me dejo con una pesada carga. ¿Limpiar la casa? no. Olvidarla y dejarla intacta, sí, pero olvidada no. Recordé aquellas palabras que alguna vez me diste. Una sonrisa que me obligaba a desear que hoy estuvieras sonriendo en cualquier lado que estuvieses. Y yo simplemente regresando a aquel lugar de mi mente donde todo quedo intacto, solo para asegurarme que nunca te quedaste. Respiró tranquilo mientras el cigarro se consume. No se de ti Carmen, pero no te quedaste aquí y yo tampoco lo haré. Espero que cuando regrese algún día a este lugar, soga todo lleno de polvo, cubriendo nuestros recuerdos y deseando que tampoco regreses a limpiar. Pues alguna vez fue nuestro y así siempre lo sera. No conviene desempolvar aquello que al final nos hizo sufrir.

Termino mi cigarro y me dirijo a la puerta. Salgo y esta vez la llave la llevo conmigo. Para que nunca intente Carmen entrar.

Carmen Jones no te puedo fallar...


(...)



Auto-prueba de Fe


No he quedado falto de inspiración, pero si de motivos. Hoy quiero hacer las cosas diferentes, quiero no caer en un mismo "patrón" y poder evolucionar a cosas mejores. Motivos me sobran para moverme, el malestar que me causan ciertas cosas me merman de forma incisiva, y lastima. Nadie quisiera estar en un punto donde se siente mal día a día, donde siente que trae una pesada loza en la espalda que al final no es suya completamente.  Quiere respirar, sentirse tranquilo, liberarse y hoy quiero hacerlo a mi manera.

Fuera necedad, ceguera, no lo se... solo se que soy yo. Leí hace no mucho que las cosas que son jamás vuelven a ser. (http://lizaela.wordpress.com/2011/08/02/porque-volver-nunca-sera-tan-divertido/#comment-3) (gracias Lizaela) y estoy de acuerdo, es como cavar un hoyo en la tierra, aunque lo tapes ya no es la misma densidad ni el mismo asentamiento, hay que moverse para mejorar. Así, mi idea es retomar para mejorar, si no, mejor no hacerlo.

Las decisiones que tomo son mi responsabilidad y solo mía. Agradezco infinitamente a la gente que esta ahí apoyándome, a mi familia que día a día vivimos diversas cosas. Pero no por eso dejare que se lastimen por una carga que yo he decidido traer hasta hoy. En verdad ya han hecho mucho y nunca podre pagarles tanto que son para mi. Es por eso que he cargado hasta hoy, para poder mejorar. Tonto, sí, puede ser. Pero no por eso deja de ser una idea loable, y "utópica" el tener una opción más sencilla y pratica. Pero sencillo y práctico no soy. Rara vez las cosas obstinadas suelen salir bien. Sí, se que me sangro la boca a cada palabra que escribo. Pero hay algo que supera cualquier experiencia o vivencia. Algo con lo cual el hombre no puede dejar de vivir y es eso a grandes rasgos lo que lo hace hombre. La fe.

Peco de creyente, puede ser. Pero confundida con mi necedad, mi ceguera o todo lo que soy, la fe siempre ha representado en mí algo muy importante. ¿No decían que la fe mueve montañas? He tenido fe en muchas personas, deseando que les abra los ojos o reaccionen. Puede que la gran mayoría no lo hayan hecho. Pero una pequeña parte es la que hoy es importante en mi vida. Esa parte por la que podría dar la vida. Y no por eso me conformo. Si puedes dar 1% más, hazlo. 

Aunque he actuado la mayoría de las veces así y he topado con pared duramente en muchas ocasiones, créanme, no soy tan necio. Hay veces donde prefiero encerrarme en mis capas de cebolla y dormitar ahí, sin oportunidad a nada más. Las personas que llegaron conmigo a ese punto, hoy no están aquí y han tomado otro camino. He aprendido a ser selectivo con el paso del tiempo. Y en ese aspecto, no me he equivocado tanto.

Puedo decir que la loza que he traído a cuestas es una mentira. Desde cualquier punto de vista se podría nombrar así, optimista, pesimista, crítico, etc. Nunca he sido de dejar las cosas de lado cuando creo que podría ser la mejor opción. Aunque a veces trastabillo, suelo llevarme todo y exprimirlo hasta que llega un punto donde no se puede hacer más. Ahí es cuando suelto la carga y con satisfacción digo que hice mi mejor esfuerzo, entregué todo lo que pude y finalmente otros factores fueron los determinantes para no lograrlo.

OK, pueden encontrar bizarra y un poco torcida inclusive mi forma de ver las cosas. Pero bueno, si estoy mal, aprendo poco a poco, si no, evoluciono igual. Hoy tengo fe solamente. Una prueba más y cuando haya cualquier resultados, les aviso. No se crean, también de los errores aprendo y aunque mantengo ciertas cosas firmes, trato de no tropezar con la misma piedra. Aunque nunca podría ser, no es el mismo tiempo, no es la misma persona ni la misma situación o circunstancias. Enjoy!

martes, 15 de noviembre de 2011

En la cuerda floja



No sabría cómo empezar a escribir, simplemente las palabras salen agolpándose en mis dedos, escribo y borro cada que escribo. Así es como se siente el no saber nada, pienso. Pauso, vomito, pienso y escribo de nuevo. Alguna vez me dijiste “No hagas lo que no quieres que te hagan” o “cuando se traiciona la confianza, ya valió madres” (parafraseando la 2da. Frase) Pensando en que no fuera verdad omití o intente llevar conmigo y mi silencio el hecho de que esas 2 cosas que me has dicho antes no eran verdad, aunque lo hubieras hecho. Fe. Sí, pudiera ser. Necedad. Definitivamente también. Una de cal y otra de arena, vuelvo a pensar.

Qué tanto abismo hay hoy que no sé qué existe en ese inmenso espacio, en tu cabeza, en tu corazón. Si aún tengo un lugar en alguno de los 2 o soy simplemente la transición tuya a una estancia mejor. ¿Cuándo llegamos a esto? Y más aún, ¿Cómo? Si fiel me he mantenido a mis convicciones, a mis latidos, a mis pensamientos que tuyos son por existir en ellos. No me he traicionado. Nunca contigo.

¿Qué ha pasado? Por qué a simple vista, sin ir más a fondo parece solamente y de forma mortal una larga espina clavada en mi espalda que llega a rozar de vez en vez a mi corazón, no puedo quitarla y sigue ahí. ¿O no? Si he preguntado, mordido espacio para llegar a la verdad aun así duele como si la espina estuviera ahí. Entonces ¿Cuál es la diferencia? Aun así te veo y desconfió.

Caminas por el tramo más estrecho entre tu lugar y mis brazos. Y abajo, el gran abismo que has creado por ti misma que niegas a resolver y por azares. No mantienes el equilibrio pero no tambaleas aún tanto para caer. Y yo, sin saber de verdades. Con los ojos vendados, solo estiro mis brazos esperando a que los toques y te reúnas conmigo.

Encuentra a alguien que no tema admitir que te extraña.
Alguien que sepa que no eres perfecto, pero te trate como si lo fueras.
Alguien cuyo más grande miedo sea el perderte.
Alguien que de su corazón completamente.
Alguien que te diga “Te amo” y lo diga en serio.
Y al final pero no menos importante, encuentra a alguien con quien no te importe despertar en la mañana, vea tus arrugas, tu pelo cano y aún se enamore de ti nuevamente.

Irónico reunir estos requisitos y en un abrir y cerrar de ojos, creer que no. Creer en ti y en tus acciones. Hablan también y hace algunos dolores que me lo han dicho. Creo que ya no soy el que los reúne. Extraño ser esa persona y la sonrisa que provocaba. El brillo de tu faz y la emoción que se sentía a kilómetros de distancia. Sí, extraño tu sonrisa… pero extraño más la mía, aquella que tampoco logro sacar por verte inerte ante los arrebatos de mi alma por ti.

Al momento de caminar poco a poco a ti, con todo muerto a mi alrededor me pregunto si aquel día que pedí un milagro alguien en esta infinidad me habrá escuchado y se habrá molestado en una importante petición de un ápice del mismo. Cuando perdí el control de nuestro bienestar de mis manos, y nunca supe cuándo, lo pedí y hasta ahora, el destino vestido de ti ha jugado con la idea de poder devolverme de menos el mío. Cambié mi sonrisa por tu tranquilidad esperando que me la pudieras devolver cuando estuvieras bien. Hoy por ti, mañana por mí. Simple. Pero no ha sido así. Y volteo hacia todo lo que alcanza mi vista a condenar, una y otra vez y no encuentro que o quien pague aquello que he perdido, valioso.

He llegado a un límite y un paso más caigo al infinito oscuro que con facilidad creaste, tanto que me ha impedido regresarte a esa historia que vivíamos juntos antes. Sí, era la mejor. Sí los mejores. Y nada… Solo aquí al borde en un ocaso que oscurece más las cosas, ya esperando tu caída si te he visto tropezar sobre mí al menos un par de veces y con eso, has evitado caer, una más no debo, no puedo, no quiero.

Hoy no juzgo pero si me protejo, he puesto las 2 mejillas y las siento hinchadas, sangrantes y sigo en pie, junto a ti. Esperando a que el letargo de tu alma desaparezca, grito, desespero y casi muero por ti. Pero dejo un último respiro para mí, la vida al final es mía, para evitar que la verdad sea aquella; latente que acecha como un fantasma pues para existir tiene que ser confirmada. Tanto ha sido pensada y por tus actos formada cual estela que aunque no exista, existe. Hoy confío en la fe que queda al último, la reserva de aquello que existió algún día y hoy se inclina por desaparecer.

Fiel me mantengo ante la duda que solo confirma que nada está dicho. Arriesgada apuesta si considero mí estado, fatigado y dolido y que no sé qué juego tienes, no sé qué intenciones tienes. Pero la fe renueva y espero que hoy, no solo te reviva, sino te abra los ojos y me veas como la idea que antes tenías, como el trozo de madera que conociste y empezaste a trabajar para convertirlo en la persona que tanto te ha querido. No es de cero, pero es un nuevo comienzo. El último nuevo comienzo.

Y si alevosamente juegas con la verdad de tu lado, oculta, no molesto en que me la digas, también puede acompañarnos, siempre y cuando la dejes. No juzgo cual sea ni si sea fiel partidaria de tus intereses. Simplemente necesito saber si está ahí y solo tú la sabes o dar a mi fe un voto de sí misma y creer lo que ha pasado y lo que me has dicho.

Es el peor estado, no saber, tener amnesia obligada, el hambre de no tener nada que comer. La verdad sin saberla. Que la misma verdad no sepa nada. Nunca pensé que así fuera y sí así es nunca pensé darle una excepción por ser tú, y la última. El holocausto se engrandece ante esta máxima. Tanto que pelean como 2 grandes titanes a nuestras cabezas, y nosotros evitando una pisada certera con sus pies que mate.

No más errores, púes hay más que vida en juego. Algo tan divino que solo se deja ver muy de vez en cuando. Sí pisas en falso no mueres, caes. Si erras no caes, vives en muerte. Ahí la premura de hoy cumplir con lo acordado, creer en lo dicho y sentir en lo dejado de lado. En obligar a la verdad a aparecer para ser nuevamente nuestra guía. Pues en verdad es imperativo terminar con este agobio. De cualquier manera. Tarde o temprano las cosas caerán y así como los grandes titanes que pelean colosalmente peligramos antes sus pies y la lluvia de pesares. Ellos mismos mueren antes de darse cuenta.

Pregunto de nuevo, si me buscaste extrañándome hace poco y aparecí a tu llamado para tan solo decirte que nunca me fui, ahora ¿Dónde estás tú? Si encontré de nuevo tu cara que no tenías ¿Dónde la has vuelto a dejar?, si casi muero en su búsqueda ¿por qué la vuelves a perder? Sí, la hecatombe que vivimos se asemeja tanto a esto… Veo que nuestro entorno, aquellos que quieren desvanecerme lo han empezado a hacer, sabes también eso. Quiero respuestas y la espina de mi espalda me empuja a saber que si las sabes. Mi fe, no. Solo quiero la verdad tan cruda y justa como es. Solo eso te pido, solo eso me debes. Y yo con ella me conformo, sea o no buena amante u acompañante para mi continuo día a día.

Sigo camino a tu encuentro y finalmente te avisto inerte como siempre últimamente mientras me acerco. ¿Hora de verdades? No lo sé, nuevamente. He llegado sin nada, sin confianza, sin certidumbre tan solo con la carcasa de mi cuerpo que apenas protege mi alma. Esperando ese milagro que tu no eres creyente y más bien te creo fiel ya a otras costumbres...Y empiezas a hablar… 


(...)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Hecatombe II ... un paso



(…)

Pienso, otra vez algo pasa. Y devuelve mi cabeza esas preguntas que dejo salir para ventilar un rato la cordura. ¿Qué pasó?, ¿Por qué? ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? Hay silencio. Es lúgubre y mortal. Tal vez deje pasar nuevamente que emprendería la lucha contra lo ya designado aunque no creo en eso, y sin embargo, no todo está en mis manos. La falta de poder y decisión total, hace que parezca agua abrazando sobre mi cuerpo, poca queda y la demás desparrama hacia abajo sin poder recuperarla ni controlarla. La sintonía de los corazones, los anhelos y los pensamientos es más difícil que cualquier cosa. Las acciones y el deseo no bastan. Las circunstancias y los momentos son una ruleta rusa disparando al azar dosis de ironías contra nosotros. ¿Qué fuera entonces lo correcto? Si el azar decide y cambia la balanza de aquello que pensamos lo mejor. ¿Fue acaso la incapacidad de fe y de querernos? ¿De dudarnos duraderos? ¿La perdiste y con eso tu atención conmigo?

Suena desequilibrio en la vida y en nosotros, simplemente como si fueramos en un tren pasajero, ¿Por qué no un viaje eterno? … ¿Qué fue? ¿Qué es?

Sí, el día ha cambiado conforme camino entre escombros ordenados de mi entorno que no ha cambiado, pero ha muerto un poco. Voy sin rumbo definido esperando al tiempo que te traiga furtivamente de aquel ojo de huracán que atento observa a su emisaria. No dudo que pudiera estar vigilado y aunque así fuera no me sorprendería más de lo que ya al poder verte una vez mas. Cuidado.

¿Cuáles serán tus intenciones? Levantar o rematar. El tiro de gracia lo espero. No he escatimado mis esfuerzos para que al final tenga un buen morir de todos modos. Pero no por eso entregaría mi desvalido ánimo al destino. Tranquilo y respirando agitadamente ya estaba, no dude de mí y de mis acciones. Pero las preguntas me atormentan y mi cordura exige una respuesta que puede venir con algún azar de la ruleta. Espero respuesta algún día y a ti hoy para reconocerte viva u olvidada de aquella memoria llena de azares que me dibujaron vida en mi semblante. Espero ya sorprendido a verte y pregunto una y otra vez…

¿Qué fue? ¿Qué es?

(...)

Hecatombe



Abro los ojos, apenas parece que pasaron un par de minutos y ya es de mañana. Soñé una persecución, e iban tras mi cabeza. Era imperativo evitarlo, era necesario no caer nuevamente, porque no habría otra oportunidad. Horrible pero no soñé, sufrí. Aquello, de nombre innombrable, exploto. No me sabía vivo, pero si respirando cuando terminó… ¿o acababa de empezar?

Todo era destrucción, todo era irá y enojo, furia… coraje, un torbellino que giraba en torno a mí y a los míos. ¿De dónde salió o cómo poder pararlo? La noche trajo el peso sobre nosotros de la verdad de las cosas que fueron creciendo, de lo que nunca se habló o evito. Estábamos en peligro, sí y yo sin saber nada de nada y angustiado por lo que quedaron junto a mí. De un pequeño error y detonante fue de algo mortal y lacerado. Todo me pego y volé a no sé donde, quede knockeado, moribundo, casi muerto. En verdad no lo sabía sino hasta esa mañana. Aún oscura, vi un haz de luz, apenas pequeño. Si, eras tú, aunque no sabía si aún formabas parte de esa ira. Escuche tu voz apagada como si también hubieras sido arrastrada al torbellino, aunque pensando que tu serías parte de esa ira. Aún así, el haz de luz ahí estaba y me guiaría más adelante. Sabría que tal vez sobreviviste o te apagaste con el caos, ¿te apagarías conmigo? Y si, sobreviví, sabía que así sería aunque por dentro me sentía ya muerto. Una parte de mí se había marchitado en un abrir y cerrar de ojos y ahora solo caían las últimas hojas. Tendría que esperar a que la mañana aclarara para ver los estragos, para buscar la luz entre el día ya muerto, para encontrarte tal vez.

Así, espere dormitando ansioso. Y apenas baje la guardia de mi incertidumbre y frustración, ilumino el día evitando siquiera intentar descansar el cuerpo, el alma.  Necesario era apresurar y emparejarme al paso del sol que ya empezaba a avanzar. Todo normal, nada destruido… pero parecía que una parte de vida había desaparecido. Se veía todo apagado, taciturno, apenas respirando. Sí, algo había cambiado. 

(…)

viernes, 11 de noviembre de 2011

Los habitantes (poema)


¿Por qué has preguntado por mí?
Si frente a ti siempre he estado
y nunca me he ido.
¿Por qué lastimar lo que más habías querido?
¿Por qué quedarse inerte ante el caos de tu vida
si sabes que sola no estas desde que te he conocido?

¿Por qué si me extrañabas tanto
nunca hablaste ni dijiste tu dolor?
¿Por qué entonces dejaste salir mi llanto?
¿Por qué no acongojas un poco tu cara, tu vida y tu alma
si sabias que algo estaba pasando?
¿Por qué tanto dolor si nunca lo habías querido?

¿Por qué ahora mientes a mi alma maltrecha?
Si verdad que siempre te había amado.
Y aunque soy humano
pecaba más de querer ser lo mejor que de ser humano.
¿Por qué me miras y dueles y no miras y despiertas
A un ocaso que pronto se habrá ocultado?

¿Por qué perdón pides si perdón no das?
Si veo que caminas ahora hacia el lado contrario
y olvidas que detrás de ti he quedado.
¿Por qué juzgas ahora tan duramente los actos
de aquel que nunca te ha juzgado?
¿Por qué solo muestras hoy lo que nunca habíamos pensado?

Si llamaste a tu habitante, aquel que nido hizo en tu alma,
te digo en verdad que nunca me había ido
y que aunque callado siempre quede vigilando.
¿Por qué entonces hoy lo deshechas como un carbón más
que crees que por una pequeña llovizna
su fuego interno se ha apagado?

¿Qué de amor quedan para mí tus actos?
Si cada que te mueves duele y en vida muero 
porque ya no reconozco la morada de tu cuerpo,
el soslayo brillante de tus ojos,
los labios que antes me besaron,
la vida que me entregaste de regalo.

¿Para qué buscar al habitante si tú ya lo habías sacado?
¿Por qué sodomizarlo antes de un futuro incierto
pero que seguro augura más tormento?
¿Qué gana tu desconocido corazón con eso?
Si ya no me pertenece.
Si a otro ya lo has entregado.

Aquí está tu habitante,
aquel que te ha amado siempre.
Al que le diste tu vida y la cuido aún con más cuidado
que la suya pues la misma era sin recatos.
Aquí estoy yo, ¿para qué me quieres
si ahora me demuestras que no me quieres a tu lado?

#RDL

Carta de la Angustia



Tiempo antes ya había sentido esto… el empujón en el estomago que duele, que te obliga a hacer algo… pero no sabes qué. El tener opciones y no saber cual tomar, nunca había estado en esa situación, aunque ya había sentido esto antes. Anteriormente decidía rápido, tratando de que fuera lo correcto, el tiempo apremia para apenas un copo que puede tornarse una inmensa bola de nieve, pero hoy, el tiempo que me pides es el tiempo que no tenemos. El tiempo donde me la paso dándole vueltas a todo tratando de encontrar algo que no haya notado. El tiempo que necesita ser nulo y con la mejor respuesta. Algún ápice de certidumbre y poder movernos, aunque duela, aunque no creo que pudiera lastimar más de lo que ya. Pero no.

Más incertidumbre añades cuando te marco y no contestas. No me importa si no contestas porque soy yo quien te marca, me angustia porque no sé si estás bien. Hay algo donde no peco de exageración y donde si hay desidia en resolverlo. O no lo sé. Y quiero creer tus palabras, pero tus acciones dictan otra cosa y simplemente las pones en la balanza. Eso no significa que habrá equilibro, se inclinaran a un lado o al otro. verdad o mentira y por ahora; verdades: ninguna, mentiras: posiblemente todas o posiblemente ninguna o posiblemente algunas. ¡O no lo sé! No sé qué es cierto y que no, tengo toda la información frente a mí y solo siento que me aplastará.

A estas alturas no sé qué tan acabados están mis sentimientos. ¿Qué tanto los has lacerado?. Odio la frase “no sé”.  A estas alturas no sé cómo te veo, si como aquella mujer que encontré en medio de todo el mundo por fortuna, o una más que solo fingió ser esa a quien buscaba. Y mientras sigo escribiendo, más preguntas se van añadiendo a tu archivero. Las mentiras matan, y estoy casi muerto.

Solo quiero esa verdad que de menos me debes. Que me haga saber que voy a hacer contigo. Y ahora no puedes ser más que honesta a cambio de todo lo que alguna vez te di, y sigo dando aunque poco quede. Angustia, tampoco me gusta esa palabra… y mucho menos sentirla, es lo que crece a cada instante. ¿Cuál es la verdad de todas? A cambio de ella te ofrezco proceso libre de juicio, escucharte y tratar de entenderte, pero estas bloqueada. O no lo sé.

En lo más reciente, tus actos han afectado más que nuestras vidas, hay personas que participan siendo daño colateral, personas que aprecian a esa niña inocente y noble que simplemente esta desubicada y lastíma sin fijarse, o no lo sé, como cuando le das un cuchillo a un bebe y juega cual sonaja. No es justo. Si me has dicho que solo es “entre tú y yo”, ¿Por qué irónicamente es entre yo y los afectados? ¿Y tú? guiando a no sé dónde, pero caos, es seguro, en el estricto sentido dramático. A final pasa cada día y cuando te veo deseo que hoy no me hayas mentido que hayas hecho las cosas que son correctas para ti. Deseo que no suene el teléfono, que no te quedes callada y que finalmente te decidas a decir la verdad de esta tragedia. Pero no. Y hoy que utilizo a mis letras nuevamente de apoyo, ni siquiera sé porque las utilizo. Mi salud mental y emocional esta comprometidas ¿y tú? Inamovible masa de piedras que ni vibra cuando choca la marejada. Ves el tiempo pasar y solo encuentro vestigios del agua que sale a los lados. Queriendo jugar a que la vida, hoy, es sencilla aunque para el resto de nosotros no lo sea, y para ti tampoco.


A la única que no engañas es a ti. Y tarde o temprano, tu misma reclamaras la verdad que fingiste haber tenido. Sabes que tarde o temprano, la verdad saldrá y así como las miles de preguntas, te aplastará y no podremos estar a tu lado para detener la avalancha de humildad. Así que ¿Dónde esta, entonces, ahora el habitante? ¿Dónde quedó la cordura que amaba bien a aquel que bien la amaba? ¿Dónde están la lucha de miradas, la emoción que entre nosotros se veía, la idea de estar juntos mucho tiempo, el amor que alguna vez hubo y hoy, no sé dónde se ha escondido de nosotros? ¿Dónde quedó esa niña pequeña que apretaba contra mi pecho, protegiéndola a costa de mí vida misma, en medio de la tormenta y evitaba que se mojara? ¿Dónde quedaron las noches en vela que pasamos tan solo para descubrirnos uno solo? ¿Dónde quedó la memoria de tiempos mejores y el querer ser feliz con el que feliz te hacía? Sí, ser humano, al final no es perfecto, pero por ti lo intentaría hasta lograrlo con tan solo el atisbo de tu voz, pero entonces ¿Dónde están las palabras de auxilio ahogado que gritas y no escucho, por qué si no escucho imposible hacerles caso? ¿Dónde están las palabras que hacen que la gente se entienda, las que significan más que sustantivos y acciones entre nosotros, sino sentimientos y emociones? ¿Donde esta la mujer que mujer era y orgullosa lo presumía sin miedo a la mierda que le caía y hoy, ha demostrado que una cara había ocultado? ¿Por qué has mudado si tienes lengua y libre voto y voz? ¿Por qué nos quitas la confianza que te hemos dado y merecido? ¿Dónde estás… y por qué dejaste el peor lado de ti? ¿Por qué la purga que ensucia cae encima de nosotros cuando hemos sido fieles acompañantes de tus lágrimas y risas? y ademas yo, de pasiones miedos y locuras, aquel potencializador de sueños, yo fui aquel que feliz te hacía y de la nada sin motivo o misericordia has dado la espalda y enterrado en el estiércol por algún otro más que la dignidad y la vergüenza le llega apenas al suelo? ¡¿Dónde estas y por qué nos has abandonado a aquellos que te quieren?! Te estamos esperando de regreso, vuelve, piensa, siente y no tengas miedo, vive, vive en paz y tranquila de regreso, VIVE. Porque esta vida que  vives y nos pesa, solo es morir.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El Primer Día



Después de más de una veintena de cigarros, despierto, ojos entre abiertos y una luz que se cuela por la ventana. No quiero despertar. La inercia de la hora me obliga a regañadientes. Peleo con los vestigios que aún me quedan por cuerpo y logro poner erguido. Si pudiera dormir 1 sola vez y que contaran por 500 días seguidos e ininterrumpidos de olvido, o los suficientes para poder verte sin que me duela. Ojos de sapo, necesito descansarlos.

El primer día del resto de los que no encontraré sentido alguno. Sí, existe el piso donde me sostengo, el cuarto donde me resguardo y el infinito desorden a mi alrededor que solo demuestra que mi alma esta igual o peor, las personas en su va y ven buscando, tal vez, algún sentido igual que yo. Luego lo limpiare… luego. (B.o.B. - Don´t let me fall) Camino trastabillando por los sueños destrozados en el piso y me dirijo al baño rápido que purga de menos la somnolencia de mi cuerpo. Si el sueño medianamente eterno no lo pudiera obtener, definitivamente me gustaría que se regara mi cuerpo siempre bajo una cascada tibia quedarme como las plantas bebiendo y esperando que si no con mis lágrimas, de menos con esto pudiera irse el dolor, y como las mismas plantas ir creciendo nuevamente con el tiempo y poder florecer. Not. Pero quedo un rato para "aclarar las dudas" o el pensamiento o por el simple hecho de no querer hacer nada mas. Salgo y seco el exceso de lágrimas… digo, agua de mi cuerpo. Me miro al espejo y reconozco nuevamente una faz que me habían hecho olvidar hace tiempo. ¿Cómo estás? Ya de regreso… (Héroes del Silencio – La Apariencia no es Sincera) Hoy, hasta mi música me lastima, escoge mis preferidas y no deja de sangrarme los oídos, sin dejarme sordo. Me visto y salgo, no hago más que eso.

En sí, aún no habría ninguna canción por ahora que no doliera; como si me hubieran clavado un millón de agujas por todo el cuerpo, imposible moverse por el dolor, imposible quedarse quieto. Esa es mi rutina de ahora, estúpida rutina. Moverme al compás de los alfileretes, ser un león enjaulado buscando formas de explotar de vez en vez, correr y escapar a ningún lado llegar y sentirse ausente, para terminar con sus energías y volver al lecho a esperar que la noche dure más que cuando la luna se esconde… y empezar otro día esperando que ahora sea mejor. Esperar, no me gusta.  Sin embargo, es el esfuerzo que ahora puedo hacer. (Glee Cast – Fix You ; ColdPlay cover) Por ahí escuche “si te ama, te esperará” difiero mucho con ese tipo de pensamiento, a quien no le toca esperar no tienen problema, a quien le toca decidir, no lo tiene tampoco. Pero el tiempo es ingrato, es traicionero y se pone a jugar con tus pensamientos y emociones. Esperar es convivir con el tiempo y estar a la merced de sus desencantos enmascarados. Not good.



Enciendo el 1er cigarro del día, rico desayuno, y espero; pongo los lentes y se obscurece todo. Ahora concuerda el tono de mis pensamientos con lo que veo. (Enrique Bunbury – Ódiame) Enciendo el coche y pasare por ti, como todos los días y te veré inerte y callada, simplemente tendrías que dejar de respirar para asegurar que estas muerta. Un día más a los estragos de un no se qué. Algo paso… y aunque no me importa, a ti sí. Y eso importa más que si quisiéramos olvidarlo y seguir adelante... Frustrante. En fin el tiempo, ahora lento pasa de segundo en segundo y como alumno aplicado, se encarga de recordarme permanentemente la situación, espero tu recuerdes aquello que iniciamos y hagas competencia al tiempo, tal vez no ahora, después. No quisiera que hoy me acompañara pero desgraciadamente es aún más encimoso que mis propias entrañas. 

A final de cuentas los lentes solo disimulan unas ojeras y estas son suficientes para disimular todo el caos que hoy se crea dentro de mí. Al menos el día de hoy. Soy un desastre. A veces me pienso que estoy en lo más bajo, aunque no sea así. Pero ¿qué se puede observar cuando las cosas se hacen de manera correcta y no salen como se debe? Ahhh… suspiro una vez más. Subes y no sé qué hacer. Nos acercamos para un saludo ¿Qué será después de ayer? ¿Cordial, seco, emocional, intenso, vacío? No lo sé. Nos besamos y me recuerdas lo sedientos que se sienten mis labios. Me llevaría varios de esos para saborearlos mientras no me encuentro junto a ti nuevamente. Tocas mi mano y andamos. Mientras manejo, recuerdo extrañar como abrazaban tus entrañas. La energía de lo que sentías, hoy casi apagada. Lo extraño. Después de largos ríos y palabras y monólogos internos y dolores expresados, decidimos esto. Todo para bien de nosotros, para encontrarnos algunas colinas más adelante y volver a unirnos, ahora para siempre. Tengo miedo.

Es otro camino, que no quise volver a recorrer, así como de intenso y fuerte llegando al punto del sadismo es poder llegar a abrir el corazón contigo, así mismo es cuando lo mantienes abierto después de esos momentos exactos o correctos que pensamos que eran. Decidí dejar de protegerme y abrirme para ser feliz. Dicen que cuando uno decide ser feliz, las cosas son más sencillas. Y sin embargo existen más excepciones que reglas. Un juego de azar que se toma como te van dando las cartas. ¿Qué pasa si piensas después de que ya se jugó? ¿Cómo volver a tratar de jugar el mismo juego? Hacer las cosas bien es meter a la cabeza que nada tendría que ver en asuntos del corazón. Me dijiste que querías estar sola para poder encontrarte nuevamente. Tal vez yo necesito lo mismo, encontrar aquello que se pudo haber desvanecido y que a ti emocionaba, tal vez. Nunca he entendido esa interacción y a lo más que llegue a pensar es que se siente con la cabeza y se piensa con el corazón… según yo, ese era el orden correcto, ¿o no?

¡Patrañas! No puedes entender el todos si divides y mezclas. Pero también es cierto que se podrían hacer las cosas mejor, de esa manera. De nuevo, la regla de la excepción. Cruzas una que otra palabra, siento que poco a poco agarras confianza. Si te sientes tranquila, es bueno. No puedo angustiarme por si lo estás o no. Pero con eso creo que te apoyo. Me haces sentir un poco más tranquilo y seguro. Espero siga “in cresciendo”. Así, si confío, así no importa que experimente nuevamente a corazón abierto.

El frío anuncia solo una época que ilusiona a los 2. No me gustaría estar lejos de ti. Nunca. Así manejo el carro, pudiendo no sentirte acorazada hasta cierto punto, acercarme sin sentirme lastimado. Ojala, y así sea de principio a fin “in crescendo”. No sé qué deba de recordar y llevarme conmigo  no sé qué lastima ahora y que tampoco, podría lastimar más adelante. Creo que por ahora no importa pues el momento recuerda como algún hecho fatídico que a todos deja sorprendido y callados. 

Por ahora mi primer día contigo y sin ti pasa tranquilo e impaciente. Así, tengo ese sueño de 500 días pendientes, como si esos 500 días no pudiera haberlos dormidos. O los que tengan que ser. Solo espero no falte adelante en el día a día esa promesa. No soy un trofeo de alguien que se lo merezca por ser mejor. Soy solo alguien que quiere estar con quien lo quiera. No quiero esa crónica respuesta de nuevo. Sino que esa persona, tú, se convierta en esa respuesta. Que tenga esa capacidad de respuesta.  Si así fuera, durante este trecho no podría faltar esa promesa. Simplemente, confío.  

Llegamos al destino, y ahora la despedida. No dudo, acercas tu cara a mi mejilla y como si no quisieras despegarte nunca, te abrazo y te llevo con tus brazos para el resto del día de hoy. Y te beso, incontables veces, para evitar morir de sed durante el trayecto.  No sé qué piensas a veces, ni porque haces las cosas, pero siempre existe el complemento que no me quita la idea de que me amas. Y por ahora, eso es suficiente.

martes, 8 de noviembre de 2011

Hoja en blanco



Hoja en blanco, se va entintando como con una pincelada de sangre, se va llenando de evidencia y es culpable de ser el cómplice de mis delirios intelectuales. De querer, por necio, pensar en sentimientos cuando no se piensan, se sienten… De querer. Y yo quedaré callado, echaré la culpa a la hoja de tal crimen y será expuesta como criminal amoroso, como aquel que si fue valiente por sonso, y dio la cara a la vida. Escondido tras ella bajo el rubor de mis penas, solo sabrán que fui yo por la firma donde el último punto lo encaje en mi corazón y de ahí emanó la sangre de tan hondo y pesado lamento.

¡Entonces sí! La hoja es culpable de incitarme al suicidio mental. A volverme loco y desgarrarme ante la pseudo-cordura social. Soy otra víctima más de la decadencia humana; de tanta presión coercitiva de la vida actual. Caí antes que muchos otros y aquella hoja solo fue artífice de la eutanasia. Mi bien morir solo así, con sangre y letras en la hoja.

Y como el Fénix me quemo en mí, revivo y caen las plumas conforme recuerdo que mi memoria no olvidó. Pero al fin, la hoja volverá a contactar conmigo en blanco para volver a comenzar.

Hell Mary


OK, titulo un tanto pretencioso a mi sentir de una compleja situación. Nuevamente recurro al psicólogo de mis letras para avanzar. Hell Mary, la última jugada, el todo o nada, como aventar un volado y el suspenso en el aire. No sería para tanto después de tener todo a tu favor, pero todo es relativo. Y aunque a cada momento que pasa, me siento más tranquilo, aún hay algo ahí que me hace pensar que hay una mano de poker más alta que la mía. Una espina clavada en no se donde que te molesta. Ese algo que hace que no te cuadre una ecuación… ¡vaya! ese no se que, que te hace saber que las cosas no están en orden. 

Ahora me siento en esa jugada, Hell Mary, he lanzado el balón con la puntería de una lógica que solo el sentimiento entendería, con el ahínco de querer ganar de mi lado, con la seguridad de haber jugado mejor que el camio y el movimiento, con un partido a punto de acabar o irse a tiempos extras (caballo que alcanza, gana). Ahora espero a que caiga el balón en las manos… y no en el suelo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nota //07.11.2011//


//07.11.2011//

Hoy encuentro, aquí, un espacio de desahogo. Situaciones difíciles ha habido, todas diferentes, irrepetibles y esta no es la excepción. Solo espero que todo lo que existe entre nosotros sea suficiente. A falta de tranquilidad, pongo mi esfuerzo y todo lo que soy para que salgamos adelante. No pienso en que si falla, nada me quedará ya. Solo pienso en que tiene que funcionar porque es lo que ha pasado, ha funcionado. 

Y con todo lo que podemos ver cuando volteamos atrás y lo que miramos en este momento, no podría pensar en otra cosa más en que nos esperan cosas aún mejores de las que ya hemos vivido. Estoy aquí y no me voy. Te amo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Los Habitantes


Quedo inerte ante la hoja y la pluma, la cabaña y la intemperie que golpea quebrando la vida por fuera. Disfruto un cigarro engañando a mi mente, ganando tiempo antes de que me exija que ponga manos a la obra y comienza a escribir. No hay prisa ahora que todo esta. No hay tiempo que perder pues el tiempo siempre va de segundo en segundo y hoy encontre que los segundos son tan valiosos si los descansas a si los disfrutas o los aprovechas, siempre y cuando hubiera 2 personas. Como cuando la soledad quedara fuera observando por la ventana.

¿Por qué la inspiración se acompaña de algún tipo de ingenio, lógica? Así, mientras encuentro algún tipo de armonía con lo que voy escribiendo. No necesito que estés cerca de mi, aunque moriría porque nunca te fueras de mi lado. Me fui algún tiempo a no se que tierras, a no se que pensamientos, como si mi alma se desprendiera de mi cuerpo y cuando quise recobrar el camino, olvide donde se encontraban esos pensamientos que me llevaran de regreso.

Sentado pienso. ¡No! Siento. No hay correctos o incorrectos, no hay lógica cuando la vida quema y mucho menos cuando quema y te unes a esas llamas con ahínco, como si no quisieras solo quitar el frío de la vida que te ha acogido. Esos brazos fulgurantes, que se amoldan a mis miedos, los acoge y los disipan, son tuyos.
La cabaña parece más hogar de vida que alguna edificación de campo. Todo es mas nuestro, más para nosotros. y aunque nuestro hogar fuera algún otro lar, le pones ese toque que calca una sonrisa al momento de pisar dentro. No cualquiera, y entonces los habitantes que llegan ajenos por primera vez algún tiempo atrás, se convierten en moradores eternos en una abrir y cerrar de ojos.

Que bien se acompaña el cigarro con una taza de café, como tu compañía con la mía y eternas ideas que se deshilan con las palabras que rebasan la linea tiempo. Podemos hablarnos con la vida todo el tiempo que quede, nunca se cansarían las almas, siempre emocionarían las palabras. El sentirlas nuestras, tan familiares como de una historia de toda una vida.

Mientras dormito despierto con las ideas en la mesa, espero tu regreso. Encontré el camino apenas unos días atrás cuando el frío congelaba el cuerpo y camine rápidamente, como si nuestro hogar estuvieran a la vuelta de la esquina. Esas ideas que creía olvidadas, simplemente estaban escondidas. Las mismas que golpearon a mi vida en un tono de alarma, me despertaron en medio de la nada y advirtieron una perdida inecesaria sin no regresara pronto de regreso. No demoré en llegar al llamado de una vida y ahora te espero. Se que aunque lejos o en desconocida ubicación, no perderás el camino y aquí ahora yo te recibo con los brazos de mi alma abiertos.

Escuche en mi camino de regreso que preguntaban por mi; una voz aquejada por los estragos de los últimos tiempos ¿En donde esta el habitante? Cual fue mi sorpresa cuando percate que tu voz buscaba mis labios. corrí dolido buscandote. Algún alarido cuando más el tiempo me pesaba Extraño a mi habitante, en verdad lo extraño mucho... En que momento te escapaste de mis brazos, tan dormido estaba que no percate de tu partida. Imposible mejorar la situación lamentándose, si, herido estaba pero aún así llegaría de regreso, y nunca mas te dejaría sola.

¿Qué tanto puedes pensar cuando la espera te acompaña? Habla y habla y solo quieres que se vaya. Paciencia por obligación y respiro para tranquilizar por resignación. Es necesaria mientras llegas. Me paro aún así de mi lugar y recorro la morada un poco. Todo tan en su lugar que imposible que me cruce la idea de mover algo o acomodar para tu llegada. Una mesa una sala y la fogata, los cuartos oscuros y en silencio apenas alumbrados en va y ven de las llamas jugando en la esquina, se ven felices, emocionadas y saltan de aquí para allá, creo que también te esperan con ansias.

El frió a veces congela los instantes ,como si el tiempo solo pudiera verse encarado por él. Como si dejara todo engañosamente en su lugar, aunque las cosas sigan en movimiento. Tal vez el frío que percate tener me detuvo en un instante feliz y en movimiento cada vez más distante. Cuando recuerdo el fulgor de las llamas, vivas y felices fue como si el tiempo pudiera volverse a mover. Me vi aún sentado con el cigarro en la mano, aún ganando tiempo para comenzar a escribir, pero viendo todo un compendio de hojas a mis pies. Tanta historia escrita y yo esperando como en un instante. Ahora lo recuerdo, la inspiración que faltó a la hora de escribir, simplemente se unió a nuestras vidas y se perdió conmigo en el camino. Y es como si tanto tiempo hubiera pasando, entonces, en un ápice de instante. Descubriendo tu silueta a mis espaldas, nunca te fuiste, solo el tiempo que nos perdió en el camino. Y desde entonces hasta ahora, somos habitantes de nuestros recíprocos corazones. Hoy el tiempo y la inspiración vuelven a sintonizarse como nosotros y nuestros sentimientos y nuestros deseos. Lo habitantes nunca se fueron.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Último deseo


En verdad que la vida y el caos juegan ajedrez con nosotros, Tiempo y espacio expectantes a la partida. Y nosotros los peones que completan el tablero. No importa quien gane, al final de cualquier manera, terminamos cayendo o en pie. Y la siguiente partida, viceversa.

Cuando sale sangre, cuando la herida es profunda, encuentro en estas letras una forma de cauterizar el daño. Sí, duele, pero después el tiempo se encarga de olvidarla por ti, de quitarte el dolor. Solo uno sufre como aquel que vive esa partida. Solo uno se levanta para volver a comenzar. Y cuando resulta que aún compartes un camino con el cazador, resulta que el tiempo se olvida de ti y se queda estático en la herida, hace que duela, te recuerda que eres humano y que sufres. Es implacable. Te quita toda atención y la enfoca. Y sin embargo, con tanta atención que pudieras tener, no encuentras respuestas.

Y es que en verdad, no entiendo ni siquiera la pregunta ¿qué paso? Y sus derivados aleatorios por tiempo dependiendo de que le duela a tu corazón. ¿Dónde quedaron los Leones de la tierra que una tormenta de arena, sobrevivieron? ¿Dónde quedaron los habitantes, esos que mudaron de corazón para albergarse en uno solo? Aquellos que desde entonces hasta ahora habían juntado sus vidas para compartir sus dolores y soledades, no para verse superiores sobre el otro, sino para caminar palmo a palmo. ¿Dónde quedo Carmen Jones y esa promesa que no podía faltar a cumplir? ¿Qué, dónde, cómo o por qué? Me golpean y no subo puños para compartir el intercambio de certeros puñetazos que desde el principio me dejan semi-knockeado. Desde el principio se que no podría ganar.

La incertidumbre me azota de vez en cuando sin avisar, en una llamada, en un pensamiento, en tu imagen en mi cabeza. Tengo miedo, terror mi alma y mi vida; tiré mis armas, baje las defensas y hoy me siento nuevamente amenazado. Mi inspiración que en vida se había convertido vuelve de nuevo a las letras, su refugio seguro, un cuarto acojinado el cual golpear, morder, matar, puede. Aquella que vivía contigo, fuera y hoy por tan enorme dolor vuelve a sus raíces, arrinconado y sin embargo tan en todos lados.

Y se vuelve bestia, pasa de león a quimera, tan enorme y letal que a él mismo le da miedo, no sabe si va a dar un zarpazo cuando te observe detenidamente o se volverá dócil, factible de lastimar nuevamente.

Hoy, un café y cigarro no son suficientes para tranquilizar el alma deshojada. Hoy volví a perder parte de mí, te llevas lo mejor de mí y no sé si estarás aquí cuando sea el momento de compartirlo conmigo y volver a ser aquellos habitantes. No sé si cuando llegue a nuestra morada ya habrá alguien ocupando mi lugar. Si me quedaré observando cómo se queman los restos de mí en aquella fogata que ahora calienta a 2 almas ajenas y me esfumare como aquellas cenizas que solo sirven para desaparecer.

Es dolor, mordaz y que me quema todas las entrañas, no puedo soltar ahora ni una lagrima y aunque he llorado bastante, aún tengo por dentro todo un océano que se llena rápidamente. Te vi afligida, arrepentida y yo con todas las ganas de apretarte sobre mis brazos de mi alma mutilados ¡¿Cómo hacerlo si están mutilados?! Como ver que sufres si es como ver a la misma Medusa. Y cuando escuche tu voz lejos por primera vez, hoy, te escuché seria, sin dejo de emoción, como aquella persona cansada de caminar, caminar conmigo. Se me salió una lágrima de dolor puro que sabe a sal cuando mis mejillas la prueban y cuando di cuenta, apenas alcancé a recoger y castigue a mis ojos por dejarla salir, ahora no, no es momento. No sé qué hacer para recuperarte, no sé si te he perdido ya, no sé si hay alguien más que te da todo lo que te dí y lo que no pude también… no sé si es mi culpa. En este momento azotan nuevamente aquellas preguntas al azar y ese repetitivo “no sé”.

Tengo un lugar en tu vida que como político, está en tela de juicio. ¡No sé nada! Tengo miedo de saber, tengo miedo también de no saber. Tengo miedo de todo y de ti y de no estar en tu vida. Dime o grítamelo al oído, ¿qué hago contigo? No puedo amar sin amor, no puedo desaparecer sin que sepas. No camino hacía esa dirección si vas en una diferente. Dime ¿hacia dónde vas?, qué haces, qué quieres? Concédele a esta alma su último deseo con tu sinceridad y líbrala o átala de una vez. Y te concedo una vida feliz… conmigo o sin mi.