Fuiste el primer respiro de la mañana
como te has convertido muchas otras veces.
Unas llenas de lagrimas, otras de pecho inflamado,
ausente como siempre de mi cama,
pero presente conforme el día lentamente muere.
No mientas y no hables, mas no ignores
que soy aquel que nunca ha sido ignorado...
que si no fuera por el mundo entero,
con gusto aceptarías y gritarías a todos los cielos
que soy yo quien te ha enamorado.
Te grito mis besos en arrebato,
no te suelto pues ha sido tu espalda
la que se ha adherido y aprisionado entre mis manos.
No hablo, no declaro, ni revelo sentimientos,
aquellos que tu bien conoces, y eternos postergamos.
Te convertiste en el ultimo suspiro de la noche,
aquel que tímido calla la verdad de nuestras pasiones,
que se deja ver entre eternos poemas dedicados
que recitan aquello que los dioses nos envidian,
mas nunca hacen soñar mas allá que a aquel enamorado.
¿Qué verdad acallo si es la que a diario vivo?
¿Qué finjo aunque no hablo...
Si besarte es poco cuando tu cuerpo en el mio
ha sido totalmente devorado...
si tus hombros fueron extensión de mi delirio?
La mente estorba y así mismo el pasado
los prejuicios, razones y diferencias.
¡No mientas que se que también lo piensas
y tan solo lo evitas pasando de largo!
Es mucho andar antes de vivir volando.
Pero otro día ha acabado y te has
convertido en suspiro de mi alma nuevamente.
No fuera que falte tiempo, más verdad de mi vida,
es que ganas no me faltan y tregua nunca presto
si al final de la noche te respiro de nuevo.
Entiende mis pasiones aunque solo las sientas.
Mientele a toda tu verdad y gritame un beso,
devuelveme la vida que con gusto te regalado
para volver a dartela una eternidad mas
que muero falto de aire, cada que el día ha acabado.
Y así, de este y otros días
estas letras son mi eterno diario.
Deseando que diario seas mía, eterna
este día y el siguiente y el siguiente.
¡Un sol y una luna contigo nunca son suficientes!
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