La carta del soldado

Después de lo inevitable, me flaquean las piernas, se me para el corazón de angustia y cansancio, mi cabeza explota en un millón de direcciones para perder el hilo de todo, las ideas que tenía acomodadas, aunque bizarras. 

Se me cansa el alma rápidamente, pierdo la batalla y quedo dormido eternamente en el campo de guerra. Consecuencia de una bala certera que hiere mortalmente mi vida. Sigo respirando, sigo caminando, mas ciego y sin sentido, tambaleando a no se donde, por no se donde y no se como. Pero aun llevo la bayoneta en mano, firme hasta donde me alcanzan las pocas fuerzas que me quedan. Aún así te busco para poder protegerte de una guerra que no es mi guerra pero que he decidido luchar por ti hasta mi último aliento. 

Si al final, muero o capitulo, quiero que sepas que no es por sentirme derrotado por el destino, sino porque al final, ya no tendré aquello que hacía fulgor en mi alma y me daba fuerzas sobrehumanas para seguir de píe. Cuando muera, sera porque tú así lo has decidido, sea buena o mala tu decisión, sera solo porque tu así lo has mandado.

Hoy, la noche anterior al resto del destino, afilo mi arma, mis manos, me mantengo alerta y me preparo para lo que será la última pelea. Y si al final regreso por pié propio será porque habremos vencido. Por que el destino se forjo como se forja la vida. La vida habrá triunfado, y la alegría y las lagrimas que salgan por finalmente poder estar descansando.

Así que termino mi escrito con la esperanza de que alguna vez se te ocurra leerlo, y que sepas que hay algo más infinito y puro que cualquier otra cosa, y eso es lo que yo siento por ti. Lo que mi lógica y la lógica de las cosas no llegaría nunca a entender, lo que solo puedes sentir y sin pensarlo poder abrazar para hacerlo tuyo, para nunca dejarlo ir, para apreciarlo como a uno mismo. Eso de lo que te digo, puede que ni nombre tenga, pero las acciones le darán el significado. Y solo el hecho de que así lo sientas y lo mantengas vivo podrá darle el fin que ha adquirido.