sábado, 25 de junio de 2011

Un día con la incertidumbre


Me da un beso y me despierta diciendo que ya es hora... ¿hora de qué?. No me contesta y se va. Tardo un rato en abrir bien los ojos y ya despierto, con mas ánimos de regresar a la cama, me encamino hacia la regadera. Un buen baño siempre despierta a cualquiera aunque sea por 10 minutos.  Bajo y la encuentro preparando el desayuno, huele rico, pero no atino a saber que es. Me siento en la mesa y mientras deja el plato regresa a la cocina y desaparece. Pico un rato la comida mientras me fijo en el televisor. Rutina.

Me espera ya en el coche de mañana, cuando termino de asearme para salir al trabajo. Sin pedir permiso, se sienta atrás de mi hablando de todo y no entendiendo de nada. La miro por el retrovisor solamente cuando espejeo. ¡Ya quiero llegar! Y ver si puedo dejarte cuidando el carro que estaciono en el parque. Fingiendo que le pongo atención, asiento de vez en cuando y me pongo los audífonos para distraerme. Se que sigue hablando y lo siento como si lo estuviera susurrando fuertemente al odio. De menos tengo que fingir que no molesta aunque lo haga.

Sube conmigo al trabajo como si fuera mi hija. ¿Qué no se iba a quedar en el coche? Se sorprende al ver el lugar y se sienta a mi lado todo el día para ver como la evito. Es necia e insistente. Definitivamente me gana. Si de menos me ayudara no tendría ningún problema. Me vuelvo a poner los audífonos para concentrarme pero pareciera que se metiera entre la música y mis oídos. ¡Ya me quiero ir! Cuando se aburre, me jala el cabello, me pica los ojos, agarra mi comida y se la lleva pero hago como si no me importara mucho, igual se aburre de nuevo y se calma. Entonces sale corriendo alrededor de la oficina sin que nadie la pele. Es como un niño... pensarían. En un rato, regresa y se duerme por aquí cerca, no alcanzo a verla pero se que esta por ahí. Alcanzo a escuchar sus ronquidos sofocados . Pienso que cuando llegas tú, se hace chiquita se me te en un hoyo como perro regañado y a veces sale y se pone a platicar contigo también. Uno nunca sabe. Hoy, simplemente aparece ya en las escaleras cuando voy bajando de salida. Nunca se si sera la ultima vez que la veré o si regresara mañana, en 1 hora, en 10 minutos... podría jurar que quisiera tomar un café como lo hago yo desde hace un tiempo después de un arduo día de trabajo.

Se sienta nuevamente atrás ya de regreso, pero ahora  si hablo con ella. Una advertencia. Solo bastó medio camino y quedo callada, no dijo nada y volteo a la ventana el resto del camino como si la hubiera regañado. Acertó. Y yo contento de finalmente poder acallarlaLlegué a mi destino y decidió quedarse en el coche enfunfurruñada. En cuanto cerré con llave, te vi, me emocione y ella ya había desaparecido. Entre y la olvidé por completo. El solo hecho de tu presencia le daba rabia, miedo o no se que. Pero padecía como aquellos moribundos que no tuvieran donde morir, o heridos letalmente en una guerra, así mismo nadie la volteaba a ver o como algún chiquillo que sabía que a la salida no podría salvarse de una golpiza. Me gustaba que pensara así. Seguro se fue a dar un paseo o perderse mientras no pudiera afectarme. Bien hecho. 

Todavía cuando te subes al coche después de algunas horas, ella decide irse por su lado, tomar un camión, un taxi o volar y desaparecer, no lo se. Lo único que se es que te quiero mucho y por hoy es lo único que importa...

Te dejo y manejo de regreso y de pronto aparece en mi retrovisor fumando un cigarro, pensativa y silente, ensimismada en su significado. No hago caso y manejo lento para compartir el vicio. Gracias. Antes de apagar la luz de la mesita para dormir, se acomoda junto a mi diciendo "mañana hablamos".

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