Hoy amanecí con flashasos intermitentes en mi mente... Pasado, pasado, pasado, ya no lo ves, no lo vives porque ya lo viviste, pero aun se cuelga de tu espalda, y a veces es tan ligero como una pluma y otras tan pesado como una roca enorme. No lo sabes, no lo entiendes, sobreentiendes que ahí estas, pero no razonas porque aun sigue ahí, o porque te ha acompañado hasta el día de hoy.
Es tan grande, entonces, como saber que caminas sobre una delgada línea que divide 2 mundos totalmente opuestos, donde en uno, puedes caer y caer sin fin y sin moverte, y en otro puedes volar tan alto sin levantarte del piso. Los 2, sueños tan hermosos y a la vez tan diferentes y similares.
En fin después de chambear como negro un rato. Dije ¡Basta, hora de escribir! Y los flashazos se fueron con la música, Repetí por un buen rato The Magic Numbers – This Love y platicaba por MSN de vez en cuando… La melancolía me atacó un rato, pero de forma extraña, no la extrañaba, pues el día de hoy y algunos ayeres antes, me han ofrecido una nueva visión de las cosas, un nuevo plan, donde la tranquilidad es la inversión a largo plazo, y me agrada.
Ahora veremos si la melancolía y esos flashasos se olvidan del pasado y del presente para enfocarse en el futuro. Una melancolía cuyo objetivo es el futuro, creo que es la mejor de todas.
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