jueves, 25 de noviembre de 2010

Te hablo de la coyuntura...


No se qué, a dónde, cómo o por qué pero te cruzaste en mi camino en el momento preciso donde no pudimos arrebatarle el control a la vida. Donde nos sedio el privilegio de compartir el rodeo lo suficiente para conocernos. Y así, cruzaste en el camino de mis ojos y te atropelle por que ahí te quedaste. ¡Arrrrrrggg! ¡Como me choca no tener el control de las cosas!. (!gracias fucking vida!) 


El problema es que eres peatón perenne en mi camino, ya no te dejo detrás en la carretera pero te llevo conmigo, quieras o no. Y ahí arriba, subida en mis ojos, no me dices a donde vas o que haces aquí. Solo me hablas, me ves, me escuchas y no te vas. Recojo y dejo a muchas personas, las llevamos conmigo porque me acompañas... pero se bajan y vuelven a subir. Adelante, dentro de lo que manda en mi razón hay un lugar solamente y ya lo ocupaste tu... (chinga jajaja siento que describo a un microbusero poético)


Entonces dime, ¿Sigues conmigo el camino, te bajas después de un largo viaje o simplemente me engañaste y nunca te subiste?. Dado que la vida nos chingó y nos puso por causalidades descontroladas y nosotros ignoros de aquel insignificante hecho que hizo que nos cruzáramos de nuevo, ¿que hacemos? ¿que hago yo?


Si nos dio una coyuntura enorme la cual no tuvimos ni voz ni voto para decidir si tomarla o no, entonces ¿creamos una para ti y para mi? ¡Dime que muero por saberlo!


Darle tiempo al tiempo... el tiempo decidirá... si se fue y regresa... ¡no me ching...! ¡SI LO QUIERES VE Y HAZLO TUYO!


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(sacada del post en #FB "Sé qué, sé a dónde, sé cómo, sé por qué, sé con quien y quienes, sé cuándo... pero lo único que no sé es PARA QUÉ?...) 


Gracias Bea Morenita

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