sábado, 2 de julio de 2011

Confianza II


Ahora que ya estoy solo en una mesa, cenicero limpio y mi café, me dedico a escribir. Una semana sin tiempo para dedicarle a eso, pero hoy finalmente le dedico lo que duren mis palabras. No hace mucho escribía brevemente de la confianza. Ahora me dedicare a ampliar un poco lo que decía. Como siempre, no son las perlas de la virgen, ni la verdad absoluta, tan solo la opinión de este escritor. Enjoy!

Recordemos un poco el post pasado. Parafraseandolo un poco, decía que en mi caso, la confianza la daba al 100% desde el principio, que había tenido decepciones por lo mismo, pero también alegrías. Ahora introduciré nuevas cosas. ¿Por qué desconfiamos de las personas? ¿Para no ser lastimados? Tal vez, para sentirnos seguros dentro de un pequeño nicho que nadie conoce, que nadie pudiera penetrar. 

¡Ohh la confianza!, ¿Por qué es tan importante? De eso depende mucho el nivel de interacción que tengamos con las demás personas o cosas inclusive. ¿Le tendríamos confianza a una pistola, si sabemos para que sirve aunque tengamos confianza de utilizarla, no nos fiamos. Pudiera pasar, entonces lo mismo, con las personas. A unas les tenemos la suficiente confianza para decirles simplemente un "no" a cualquier petición, a otras accedemos sin pensarlo a que conozcan otro aspecto que ninguna otra persona conocería. Extremos.

Pero aquí entra una pseudo-maxima muy importante. La confianza se crea y se destruye y se transforma pero nunca es la misma. Se puede incrementar, pero cuando se reduce o se pierde cuesta mucho trabajo volver a construirla, ya no mencionar cuanto podría costar regresarla al punto máximo. Ya no se puede. Siempre queda un pequeño desperfecto en el semblante. Siempre queda esa pequeña duda de si volvería a pasar. Si ya lo hizo una vez, ¿qué le impediría hacerlo de nuevo?

Por ley cuasi natural, y en forma casi de equilibrio. El lugar que tenia esa confianza lo toma la desconfianza. Y se duda ahora. ¿ Volveríamos a confiar en una persona que defraudo nuestra confianza  Hay opiniones y acciones divididas. Unos si (me incluyo). Otros no. Pero como mencione, nunca es lo mismo. Reciente salgo de una situación así donde me dieron a entender que desde el principio tenía razón. No era lo mejor el volver a confiar en esa persona. En fin, como dije cuestión de opinión. No me arrepiento. Pero si aprendo a de menos pensarlo 2 veces antes de volverlo a hacer.

A manera de conclusión. La experiencia nos obliga a dudar aunque sea un segundo de decisiones que antes habíamos tomado más rápidamente. Hoy, la experiencia me dice que no debo de cambiar mi forma de ser. Confiar en las personas al 100% pero siempre cuidando ese ultimo porcentaje de coraza que me protege en caso de que aquella persona pudiera tener malas intenciones. Conocimiento es poder y si le damos a las personas el poder de conocernos, también tendrían el poder de lastimarnos. Nunca estaría de más confiar, pero con cautela.


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